Sola ante el deseo.

 

Esa noche de verano fue infernal,  el calor no solo estaba fuera de la casa sino dentro de mi cuerpo.

En ropa interior, con su camisa sobre mi silueta, me fui  a la cocina y me puse delante del ventilador, el sudor navegaba por el interior de mis piernas. Las cruce pues el placer iba en aumento por la humedad contenida.

Apoye mi cuerpo sobre la encimera y recosté mi cabeza, cerré mis ojos y me deje llevar, por los recuerdos, por tus palabras, por tus manos,  tu voz, era como volver a tenerte otra vez. Ahora si estaba haciendo el amor contigo, cuando estamos en la cama es otra cosa.

Aquí, en esta madrugada, sola llena de recuerdos y de deseos seguiré con los ojos cerrados haciéndote el amor hasta que mi cuerpo aguante de tanto ansia contenida.

Campirela_