El hoy no se anuncia,
se desliza entre las horas como un secreto compartido.
Hay algo en el aire,
una vibración sutil que despierta mi piel
y la memoria de lo que aún no ha pasado.
No hay urgencia,
solo esa cadencia lenta que invita a quedarse,
a mirar sin prisa,
a rozar sin tocar del todo.
El deseo no se nombra,
pero se cuela en cada gesto,
en cada pausa que se alarga más de lo necesario,
como si el tiempo supiera que esta noche
no se mide en minutos,
si no en latidos.
Y tú,
tú eres esa presencia que enciende sin hacer ruido,
esa promesa que no se dice,
pero que arde.
Esta noche seré piel,
seré sombra,
Seré fuego que no quema,
pero deja huella.
Campirela_
Un buen trabajo con mucha ternura en sus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.