Cada mañana después de tu despedida quedo dormida sobre las sábanas de satén, pero antes de volver con Morfeo recuerdo cada caricia, cada beso y cada te quiero...
Disfruto ver como te vas vistiendo, con esa naturalidad a pesar de ser un salvaje en el sexo, eres todo delicadeza como tratas cada prenda que cubre tu hermoso cuerpo.
Antes de abrocharte la camisa mis labios se posan en tu torso, con malicia muerdo tu pecho,das un suspiro no sé si dolor o tal vez de placer. Me miras suspicaz, con la yema de tus dedos acaricias mis labios, sonríes y besas mi boca.
Llegó la hora de partir, envuelta en la sabana te acompaño hasta la puerta, es la misma imagen de cada mañana no me acostumbro a estar sin ti, me agarro a tu cuello la sabana cae al suelo, tu cuerpo reacciona no puede ser, es tarde no hay tiempo lo dejamos para después, esta noche mi amor volveremos a jugar tú seras mi lobo y yo la presa que se deja cazar.
Me susurras al oído así será_ pero mira como me voy _ bajo mi ojos y ahí estás todo ponderoso, febril alto como un mástil, arrodillo mis piernas y con mi boca calmo tu sed...
La puerta se cierra, y regreso a la cama me arrugo entre las sabanas queriendo que el tiempo corra tan deprisa que cuando abra los ojos ya estés conmigo otra vez.
Sueños calientes, manos sudorosas mi mente vuela y en sueños te encuentro, es tal mi deseo que del sueño despierto envuelta en un orgasmo más que placentero.
Campirela_