Me dejo acariciar como si fuera una guitarra
me haces sentir todas las caricias en mi cuerpo
con tus yemas rodeas mi senos
tus manos son como el ecualizador
igual que cuando punteas la guitarra.
Mis gemidos son los acordes primeros
después vendrán otros, más afinados
los que saldrán de mi cuerpo.
Igual que en un concierto
será nuestra entrega
tú entrarás
y yo comenzaré a bailar
sobre tu miembro.
Mis piernas temblarán con el deseo
ese que no cesas de darme,
hasta lograr que me derrame.
Así es como terminará este concierto
tras la guitarra habrá una mujer
embriagada en la lujuria
del hombre a quien ama.
Campirela_