La noche era fría, me levanté a tomar un vaso de leche bien caliente no podía dormir, cuando oí gemidos en la habitación de mi compañera de piso.
Hacia dos semanas que tenía nuevo compañero, ya me había hablado de él y lo excitante que era, aparte que tenia muchas perversiones que la volvían loca.
De regreso a mi habitación los gritos y ruidos eran más que evidentes estaban disfrutando de su pasión.Mi curiosidad me pudo más que el decoro de no mirar por esa cerradura de donde provenían aquellos sollozos de pasión.
Lo primero que mis pupilas visualizaron fue el trasero de mi compañera, su desnudez era bella su lozanía evidente y juguetona, esa llave en su mano me hizo pensar en algún juego perverso, sus pasos eran lentos y el lenguaje de su partenaire era sensual e íntimo .
Mi cuerpo ya no estaba frío, sino la calentura subía por toda mi espalda mis manos no se atrevían a ir a esa parte íntima que de fuego ardía.
La cerradura era un volcán de repente el cuerpo desapareció y en su lugar una nube de humo y gemidos llenaron mis ojos y oídos... a través de la pared podía sentir su placer, sin más regrese a mi habitación me metí en la cama cerré los ojos y me deje llevar por el ritmo de sus gemidos hasta que alcance mi propio placer entre mis sabanas blancas... Mi compañero de juego fueron mis palabras mudas de deseo.
Campirela_