Fernando Natali
Tren Sensual
Cada mañana era el mismo trayecto a la misma hora, el vagón repleto como siempre entre cuerpo y cuerpo no cogía ni un alfiler.
Ese jueves hacia un calor intenso, decidí ponerme algo ligero una falda vaporosa con vuelo y una blusa con la espalda al aire, chancletas y el pelo recogido con un moño informal.
Allí estaba esperando el vagón de las siete de la mañana, tenía de trayecto veinte minutos pues mi parada era la última, a ver si hoy tenía suerte y podía sentarme aunque difícil cuando llegaba el tren venía más que completo .
Todos los días las caras eran conocidas es lo que tiene viajar en transporte público siempre a la misma hora que nos conocemos, al menos de rostro. Esa mañana me llamó la atención, a mi lado había un señor de unos cuarenta años mayor para mi, pero todo interesante, su atuendo era juvenil , unos vaqueros y una camisa de lino azul, tenía un cuerpo escultural su pelo corto y barba bien arreglada él me miró y sonrió yo le devolví la sonrisa la verdad no sé por qué , en ese momento me pilló desprevenida, pero las cosas por algún motivo han de empezar.
Con hora puntual británica llegó mi vagón , abrí la puerta y todos los asientos ocupados me fui junto a la puerta del lavabo al menos me servía de respaldo allí al menos no tendría nadie detrás de mí, eso sí enfrente de mi cara ,el hombre interesante se pegó como lapa, no es que lo hiciera a posta , no había más solución que arrimarse a esas horas ya les dije no coje un alfiler entre los cuerpos de los viajeros.
Cuando íbamos por la segunda estación note como él se arrimaba tanto a mi que note su entrepierna en ebullición, le miré y con un gesto abochornado él me pidió disculpas, eso me llamó la atención, al menos no era el típico descarado que aprovecha la ocasión.
Con una medio sonrisa me eche todo lo que puede hacia la puerta , pues me estaba clavando el picaporte en todo el trasero, cuando me eche hacia delante por el golpe tuve que agarrarme a su cuello sino caeríamos en efecto dominó .
Con una voz sugerente me dijo que no me preocupara que entendía lo ocurrido, ese día estaba el tren a tope de viajeros.
A raiz de ahi, comenzamos a charlar, nuestros cuerpos era como imanes ya no me echaba hacia atrás , me gustaba lo que estaba sintiendo, a decir verdad empezaba a disfrutar de ese sexo contenido .
El tren faltaba poco para que entraramos por un túnel, el cual duraba más de quince minutos el trayecto, sin esperarlo , se acercó a mi cara y en un casi gemido me dijo, estate preparada déjame que haga yo. No entendí que me quería decir, pero en menos de tres segundos estábamos dentro del baño minúsculo yo encima del lavabo y él encima de mi.
Las palabras sobraban, nuestras ansias eran de sexo, el mismo que llevábamos sintiendo en nuestros cuerpos, nos besamos aforados sintiendo los gemidos contenidos por ambos, metió las manos debajo de mi falda y me acarició entre los muslos, mientras sus besos seguían haciendo mil delicias en mi.
Mis manos no se quedaron quietas y acariciaba su espalda él quitó una de ellas de mis muslos y cogió la mía para llevarla directamente a su zona de confort, y vaya si lo estaba, con suavidad abrí aquella prisión y mime con mis dedos aquel preso que quería suelta.
Di un salto de placer cuando sus dedos entraron en mi vagina y con delicadeza pero con ritmo comenzó a masturbarme, mi cuerpo se retorcía pues estaba suficientemente lubricada para que me penetrara pero él no lo deseaba, al menos todavía , en susurros me decia , sigue asi masturbame quiereo que antes de estar dentro de ti disfrutes más de un orgasmo, sigue asi muevete a tu ritmo yo solo quiero tu placer no sé como pero el oirle me excitaba mucho más, con mi mano hacia lo que podía pues en esas estrechuras tampoco podía hacer mucho él era quien me estaba dando un placer que ni en mis mejores sueños lo había sentido.
Note como por mis manos gotearon las primeras gotas de su manjar y mis piernas estaban totalmente mojadas de mi elixir, era el momento de culminar, me subió todo lo que puedo para dejar mi trasero libre del lavabo y con un tirón de sus dedos me quitó el tanga, ya estaba toda lista para él.
Me embistió con tacto susurrando palabras excitantes, aquello creí que no podía aguantar pues mis pies daban justo con la puerta, contra más me estiraba hacia atrás más dentro de mí lo sentía y no podía aguantar tanto placer, su movimiento era tan lento y tan profundo que ese desconocido estaba dentro de mis entrañas y las poseía de una manera magistral.
Mi labios chuparon su cuello y sus labios mojaron mi espalda desnuda fueron intensos momentos en los que solo recuerdo una explosión de placer inmensa que corría todo mi cuerpo y el de él tan bien ...Sentí como su semilla dejada dentro de mí y junto con mis fluidos colisionaron para ser un volcán de fuego, la lava caía entre nuestros cuerpos .
Me recompuso la ropa, se abrocho los pantalones y se abotonó la camisa, me beso tiernamente no dijimos absolutamente nada, nos miramos nos besamos con lentitud y al igual que entramos en el habitáculo salimos de él.
El tren seguía su ritmo habíamos salido del túnel, nos cogimos de la mano nos agarramos a la barra, todavía nos quedaba trayecto, las miradas, charla y risas eran nuestra compañía....
Campirela_