Camina el hombre, firme, imponentecon fuego en la sangre y luz en la frente
No busca gloria, no exige poder
su fuerza es calma, su ley es ser
Sus manos fuertes no aprisionan
ofrecen mundos, crean auroras
Su voz es viento que arrastra miedos
su paso es tierra, su pecho acero
Su mirada honda, sin titubeo
ardiente savia, puro deseo
Con alma vasta y fuego eterno
así te entregas sin temor
como un río que besa el cielo
como un astro que arde con el sol
Magnánimo en cada latido
sin medida, sin condición
te elevas puro, decidido
sin cadenas, sin prisión
En tu abrazo vive el deseo
en tu mirada la emoción
y en tus manos arde el misterio
de un sentimiento sin explicación.
Generoso en todo instante
como el viento alzarás mi voz
y en tu pecho, siempre amante
serás refugio, serás ardor.
Campirela_